Antes habría que preguntarse porqué leer…
Parece que leer es importante. Nos permite conectar nuestro mundo con otros mundos: conocerlos, saborearlos, disfrutarlos. Viajar en el tiempo y en el espacio, mirar personas y paisajes que sólo así serán nuestros. Y no sólo nos acerca a ese mundo que nos rodea pero está lejos; sobre todo nos abre las puertas del mundo interior de quien escribe, un conjunto de pensamientos, amores, temores… Que genera lo mejor de cada uno de nosotros, ilumina nuestras sonrisas, nos inspira. Su conocimiento ensancha nuestra propia intimidad. Leer también nos ayuda a hablar y a escribir mejor, y a pensar. Sólo podemos pensar lo que podemos decir. Y cuanto más ricos sean los instrumentos con los que contamos para hablar, más ricas serán nuestras ideas y opiniones.
¿Qué leer? Hay muchos listados interesantes. Compartiré propuestas de Jaime Nubiola, Rafael García Pérez y Héctor Cianciardo…
Héctor Cianciardo*
- El Candor del Padre Brown de Chesterton
- Londres de Julio Camba
- La Colmena de Camilo Jose Cela
- Moby Dick de Melville
- El Quijote en su versión adaptada al habla actual
- El diario de Ana Frank
- El Vino del Estío de Ray Bradbury
- El Topo de John Le Carre
- El socio de J. Grisham
- Canción de Navidad y otros cuentos de Charles Dickens
- El Capitan Alatriste de Perez Reverte (y toda la zaga)
- Noticia de un secuestro de Garcia Marquez (atrapante)
- Rojo y Negro de Stendhal
- El Viejo y el Mar de Hemingway
Rafael García
- Charles Dickens: Historia de dos ciudades
- El puente de San Luis Rey, de Wilder Thornton
- Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas.
- Leonardo Sciascia, El día de la lechuza.
- Antoine de Saint-Exupéry, El principito (un cuento para niños y también para mayores, que merece la pena releer, o leer por primera vez).
- Harper Lee, Matar un ruiseñor.
- Fiódor Dostoievski, El jugador (es un libro breve, a pesar de ser de Dostoievski, y se lee con facilidad).
- Rebelión en la granja,
- Oscar Wilde, El retrato de Doruan Gray:
- Joseph Roth, La leyenda del Santo bebedor,
- Franz Werfel, Una letra femenina azul palida,
- William Golding, El señor de las moscas:
- William Saroyan, La comedia humana: Martes, 15 de marzo.
- Leo Tolstoy, La muerte de Ivan Illitch
- Miguel Delibes: Señora de rojo sobre fondo gris
- Carmen Laforet, Nada
- Stefan Sweig, Novela de ajedrez
Jaime Nubiola
- Julián Ayesta, Helena o el mar de verano, El Acantilado, Barcelona, 2000
- John Boyne, El niño con el pijama de rayas, Salamandra, Barcelona, 2007
- Charlotte Bronte, Jane Eyre, Cátedra, Madrid, 1996
- Truman Capote, El arpa de hierba, Anagrama, Barcelona, 1994
- Federico Delclaux, El silencio creador, Rialp, Madrid, 1996
- Miguel Delibes, Señora de rojo sobre fondo gris, Destino, Barcelona, 1993
- Isak Dinesen, Ehrengard, Anagrama, Barcelona, 1990
- Ana Frank, Diario, Debolsillo, Barcelona, 2004
- Morris Gleitzman, Una vez, Kailas, Madrid, 2008
- Joseluís González (ed.), Dos veces cuento: antología de microrrelatos, Eiunsa, Madrid, 1998
- Mary Lawson, A orillas del lago, Salamandra, Barcelona, 2002
- Carmen Martín Gaite, Caperucita en Manhattan, Siruela, Madrid, 1996
- Marisa Madieri, El claro del bosque, Minúscula, Barcelona, 2002
- Sandor Marai, El último encuentro, Salamandra, Barcelona, 2001
- Antoni Marí, El vaso de plata y otras obras de misericordia, Libros del Asteroide, Barcelona, 2008
- Ian McEwan, En las nubes, Anagrama, Barcelona, 2007
- Eduard Mörike, Mozart de camino a Praga, Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores, Barcelona, 2006
- Philippe Claudel, La nieta del señor Linh, Salamandra, Barcelona, 2006
- Rainer Maria Rilke, Cartas a un joven poeta, Obelisco, Barcelona, 2002
- William Saroyan, La comedia humana, Acantilado, Barcelona, 2004
- Jordi Sierra i Fabra, Kafka y la muñeca viajera, Siruela, Madrid, 2006
- Susanna Tamaro, Donde el corazón te lleve, Seix Barral, Barcelona, 1994
- Stefan Zweig, Carta de una desconocida, Juventud, Barcelona, 1995
- Stefan Zweig, El candelabro enterrado: una leyenda, El Acantilado, Barcelona, 2007
* Mi padre aclara: «armé mi lista con la premisa que me pareció era la establecida, esto es: despertar el deseo en los adolecentes de leer; entonces me dije que debía nominar libros divertidos (Londres, El Candor del Padre Brown, El Capitan Alatriste) o de una trama que motivara a seguir leyendo (”El socio”, ”Noticias de un secuestro” (…). Por supuesto que hay muchísimos mas libros que podría haber agregado a la lista. Pero no todos los creo buenos para despertar en alguien las ganas de leer. Es el caso de, por ejemplo, «El retrato de Dorian Grey» o «El jugador» de Dostoievki o «El último encuentro» de Marai e incluso «El arpa de la hierba» de Capote. Son lecturas densas, algunas sombrías («El último encuentro»), en general para un lector ya entrenado en el “arte” de leer. Si no tenés ese arte puede ser difícil por ejemplo, disfrutar enteramente de un libro como es «El arpa de la hierba». Dudé mucho si poner o no “Cien años de soledad”, un gran libro como sabés. Decidí no incluirlo porque me pareció para una lectura más madura por el fuerte contenido social que subyace en la novela; es para más adelante».